Las torrenciales lluvias en el sur de Brasil han provocado un desastre climático sin parangón, dejando casi 60 personas muertas y 67 desaparecidas. La ciudad de Porto Alegre, una de las principales urbes del sur del país, se encuentra especialmente afectada, con su centro histórico completamente inundado.
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Los desbordamientos de ríos y los deslizamientos de tierra han dejado intransitables numerosas carreteras en el estado de Rio Grande do Sul, aislando a casi 300 localidades. El rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas ha inundado el centro de Porto Alegre, una ciudad de casi 1,4 millones de habitantes.
El nivel del río alcanzó los 5,09 metros, superando el récord de 4,76 metros registrado en 1941, cuando la ciudad sufrió las peores inundaciones de su historia. Porto Alegre se encuentra en estado de caos, con calles anegadas y residentes luchando por evacuar sus hogares.
Las autoridades locales han declarado el estado de emergencia y están trabajando arduamente para rescatar a las personas afectadas y contener la crisis.
Esta tragedia pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas para combatir el cambio climático y sus devastadores efectos.